Emisiones tóxicas ilegales, inmorales, y letales
Las Partículas Materiales en suspensión (PM) procedentes
de las emisiones tóxicas de los combustibles fósiles, particularmente de los
motores diésel, son una mezcla de partículas sólidas y gotas líquidas finas de
diferentes componentes con tamaños desde 1 nanometro (10 elevado a -9 metros),
hasta más de 100 micrometros de diámetro; por su tamaño se pueden agrupar en
Ultrafinas (<0,1 mm), Finas (de 1 a 3 mm),
y gruesas (>3 mm)
Las Normativas que limitan las emisiones tóxicas clasifican
las Partículas Materiales inhalables en dos tamaños: 2,5 y 10 (diámetros
equivalentes inferiores a 2,5 micrometros –mm, 10
elevado a -6 m-, y entre 2,5 y 10).
Las PMs se emiten directamente –en la combustión de
combustibles fósiles-, y también se forman (PM primarias y secundarias, respectivamente) a través de
reacciones químicas -activadas por la luz solar- entre gases emitidos (p.e., Óxidos de Azufre
–SOx-,Óxidos de Nitrógeno –NOx-, y Compuestos Orgánicos Volátiles –COV-) en la
atmósfera.
Tienen una gran variedad de tamaños y formas, y contienen
centenares de tipos de diferente sustancias químicas orgánicas e inorgánicas.
Sus propiedades físicas y químicas varían ampliamente con el tiempo (incluyen
una compleja mezcla de componentes, como sulfatos, nitratos, carbón elemental,
y compuestos metálicos y orgánicos; pueden permanecer en el aire durante
semanas, y viajar miles de kms arrastradas por el viento.
Efectivamente, los excesos de microPartículas en suspensión, finas y
respirables; de Hidrocarbonos Aromáticos Policíclicos –PAHs-; y de
ÓxidosDeNitrógeno (NOx), procedentes de las emisiones tóxicas (ilegales,
inmorales, y letales) que emiten los tubos de escape de los abundantes motores
diésel –además de otros muchos gases y componentes tóxicos-, muy abundantes hoy
en el aire urbano y suburbano de las metrópolis europeas, son causantes
directos de un amplio espectro de graves enfermedades cardiovasculares y
pulmonares en las personas (cáncer de pulmón, asma, enfermedades pulmonares,
cerebrovasculares, cardiopatías e infarto, diabetes, obesidad, demencia, etc.);
produciendo, también, daños graves en el desarrollo cognitivo prenatal e
infantil.
Como consecuencia de su letal toxicidad, los escapes diésel producen
millones de muertes prematuras ( 3,5
Ms en el mundo en 2016; 600k en Europa;
35k en España; –una tercera parte, niños menores de 5 años-), además de producir un exceso de costos
sanitarios directos -del orden del 3% del PIB-, según datos de la
OMS-Organización Mundial de la Salud (WorldHealthStatistics
2016), de NacionesUnidas, y de la Agencia
Europea del Medio Ambiente).
El aire envenenado con las emisiones tóxicas que están, de manera
constante, distribuida a nivel del suelo, además de un grave riesgo para la
salud de las personas que lo respiran, también es un lastre para su desarrollo
económico. Por ocasionar enfermedades y muertes prematuras, reduce el bienestar
y la calidad de vida; y por ser causa de pérdida de mano de obra, también
disminuye los ingresos de la sociedad; detiene el crecimiento de las plantas y
reduce la productividad de la agricultra; y, al disminuir el atractivo de las
concentraciones urbanas para los trabajadores de mayor nivel, perjudica la
competitividad de las ciudades. (“El Costo de la Contaminación Atmosférica”,
Banco Mundial. Instituto para la Medida y Evaluación de la Salud –“The Cost of Air Pollution”, World Bank . Institute
for Health Metrics & Evaluation-, 2016)
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