lunes, 22 de mayo de 2017

2.2.1-- Costos y Daños que ocasionan los Vehículos que queman Combustibles Fósiles

Los vertidos, microPartículas, y gases  que producen los vehículos con motor térmico (indirectamente, los ocasionados por los procesos de exploración, extracción, transporte, refino, distribución y venta individualizada de sus combustibles; y, directamente, los producidos por cada vehículo en sus lugares de uso, produciendo combustible evaporado, gases del cárter, y emisiones de microPartículas y Gases por el tubo de escape, al quemar el combustible, de manera distribuida entre calles, viviendas y personas),  envenenan el aire    –especialmente, en concentraciones urbanas-, y afectan gravemente a la salud de nuestro ecosistema, contribuyendo al calentamiento global del planeta, y siendo responsables de un grave daño irreversible ocasionado a la salud de los seres humanos –producen millones de enfermedades y muertes prematuras cada año (4 Ms en el mundo,en 2016)-.


A medida que mejoran las tecnologías utilizadas para medir la contaminación producida por los combustibles fósiles, y sus efectos  sobre la salud de las personas, aumenta la constatación de la intolerable gravedad del daño que ocasiona (además, cada vez hay más vehículos, de potencia creciente, con efectos perniciosos sobre la salud medioambiental).

Los vehículos convencionales (segundo gasto importante de una familia media, detrás de la casa, y muy por delante de comida, ropa, vacaciones, etc.) son tóxicos y antieconómicos; están  sobredimensionados, e infrautilizados; y ocasionan daños graves a la salud de las personas (alergias, bronquitis, enfisema, cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular, neumopatía obstructiva crónica, e infección aguda en vías respiratorias, que contribuyen al infarto, ictus, cáncer de pulmón; etc).
Estos daños (que se agravan especialmente en zonas urbanas de alta congestión circulatoria) se producen sobre todo el espectro de edades: desde la gestación e infancia –afectando pulmones, corazón, cerebro, sistemas hormonales e inmunes, perjudicando el tono vital, el crecimiento y el desarrollo de coordinación e inteligencia-, hasta adultos y mayores, también vulnerables, acentuando sus enfermedades y muertes prematuras.  
Se estima que la contaminación del aire que ocasionan los combustibles fósiles nos cuesta globalmente cada año unos 4 Billones (10 elevado a 12) de Euros; emiten a la atmósfera unas 6 GigaToneladas de CO2 (además de perjudicar nuestra salud, contribuyen al sobrecalentamiento, y consiguiente cambio climático, del planeta.  Y el costo social indirecto de los vehículos térmicos (sobrecostos producidos por sus efectos contaminantes y de pérdida de productividad, enfermedades, y muertes prematuras ocasionadas, etc.) puede estimarse en 8 Billones de Euros por año (lo que hace un total de 12 Billones -10 elevado a 12- € ) (mundialmente, -3 Billones en Europa-, según Datos 2015 de la Organización Mundial de la Salud –OMS-)
La Tecnología del Transporte Eléctrico puede ayudar a reducir considerablemente, YA,  estos enormes daños y costos, y sin contaminar el aire –con CERO-Emisiones- allí donde más se utiliza, precisamente en las grandes concentraciones urbanas. Ofrece una extraordinaria oportunidad de evitación de perjuicios muy graves, que la Humanidad no debiera desaprovechar.
Imaginemos nuestras ciudades con –solamente- vehículos eléctricos: mucho más eficientes, limpios, silenciosos, baratos, ligeros e inteligentes que los que soportamos hoy. Y con enormes posibilidades de optimización y desarrollo de su utilización y rendimiento, gracias a los nuevos conceptos –ya extendiéndose con éxito con InternetOfThings y los smartPhones, bigData, y el auge de la EconomíaDeCompartir-  de “MovilidadComoServicio” (tipo Uber), y de “CocheCompartido” (tipo ZipCar), que mejoran esencialmente el uso racional de los vehículos (el coche actual medio está parado un 96% del tiempo, y es utilizado por una sola persona en un 90% de sus desplazamientos). 

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