También se sabe que los motores diésel contaminan 100 veces más (con las peligrosas microPartículas Materiales finas y respirables residuales en suspensión, PM/hollínDiesel, Óxidos de Nitrógeno NOx, e Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos, HAP) que los de gasolina
Emisiones Gasolina y
Diesel: Gravemente tóxicas las Partículas
finas en suspensión (PM); y los gases SO2
, NOx, NH3 y Compuestos Orgánicos Volátiles –COV- (sus precursores); forman iones SO4=, NO3- y NH4+, y los COV se
oxidan, originando nuevas Partículas (aerosoles secundarios)
Y que las emisiones del motor diésel han sido clasificadas como carcinógenas para humanos
(Grupo 1, máximo nivel de peligrosidad, y “evidencia científica suficiente” –son carcinógenas
para humanos-) por la OMS,
concretamente su Agencia Internacional
para la Investigación sobre el Cáncer –IARC-, el 14 de Junio de 2012 (en
California ya se hizo en 1990) -carcinógeno significa que “produce” cáncer;
cancerígeno: que “puede producir” cáncer-. (en 1988 se clasificaron como Grupo
2A, “son probablemente carcinógenas”).
El escape del motor de gasolina se sigue clasificando como Grupo 2B “es posiblemente carcinógeno”, igual que se
hizo en 1989.
La OMS ha certificado, por tanto, que los escapes de los motores
diésel (son carcinógenos de Categoría 1,
la de máxima peligrosidad) producen cáncer en las personas que los respiran:
al penetrar en los pulmones, llegan al riego sanguíneo, alcanzando todos los
órganos vitales, y dañan el DNA de las células produciendo cáncer.
Por todo ello, y “gracias” al elevado porcentaje de coches
diésel que tenemos en Europa (sólo comparable al que tienen en la India, p.e.; y
casi 20 veces superior al que tienen en
E.U.; 28 veces superior al que tienen en China; 47 veces superior al que tienen
en Japón ), en la mayoría de las grandes ciudades europeas el aire está
envenenado (fundamentalmente, por PM2,5, PM10 y NOx), constituyendo éste
hecho el mayor riesgo para la salud que tienen hoy los ciudadanos urbanos europeos,
expuestos, en su mayoría, a concentraciones de sustancias tóxicas en el aire que
respiran, superiores a las Recomendaciones de la OMS -Organización Mundial de la Salud, AirQualityGuidelines, AQGs-, sorprendentemente más rigurosas y exigentes
que las Normas de nuestra “opulenta” UniónEuropea.
Y, como consecuencia directa de ello, cada año en Europa
se producen (según Datos OMS 2015) más
de medio millón de muertes prematuras ( 3,7 Ms en el mundo; 600k en Europa; 35k en
España –una tercera parte, niños de menos de 5 años-, un millón
de ingresos hospitalarios, y 100 millones de días de trabajo perdidos, con un costo de más de 900k Ms de €
(32k Ms de € de costos
sanitarios anuales en España, por afecciones producidas por la contaminación
del aire – un 3% del PIB-), según datos de la
OMS-Organización Mundial de la Salud, de NacionesUnidas, y de la Agencia
Europea de Medio Ambiente. Un daño en vidas humanas que viene a ser treinta veces
superior al que producen los accidentes de tráfico.
Y, si todo sigue como hasta ahora, se estima que se
producirán entre 6 y 9 Ms de muertes prematuras en el mundo en 2050, con un
costo adicional del +1% PIB global, ocasionados directamente por la toxicidad
del aire que respiramos (Informe “Consecuencias
Económicas de la Contaminación del Aire” -TheEconomicConsequencesOfAirPollution, OECD, Jun.2016-).
La letal “diesel-adicción” europea, fomentada y mantenida con
privilegiados subsidios y tratamiento fiscal sin justificacióna alguna, debiera
terminarse cuanto antes, por el bien de todos los ciudadanos.
¿ La era de los Diesel
está ya en su final ?
El Banco suizo de Inversión UBS ha realizado un análisis
de mercado (UBS Daily Research Summary,
difundido el 6 Dic.2016) en el que afirma que los motores diesel perderán un
70% de cuota de mercado antes de 2025. Todas las ciudades europeas planean
restringir el uso y la venta de vehículos diesel. Y la próxima entrada en vigor
de la Normativa Euro 6b el 1 de Enero de 2017, ha elevado en exceso el costo
necesario para mantener las emisiones diesel dentro de los límites legales. La
nueva Norma europea –cuyos límites máximos prácticamente igualan a los que
están en vigor en E.U. hace ya 9 años- exigiría equipar a todo vehículo diésel
con Reducción Catalítica Selectiva (RCS) en el escape –también referido como
Inyección de Urea-. Ello hará
antieconómico fabricar los motores diesel pequeños, lo que aumentará la
producción de VEs
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