Al mismo tiempo que se
comprueba, año tras año, que los costos de las Energías Renovables bajan de
forma consistente y acelerada, y las inversiones en Renovables son cada vez más
rentables económica y socialmente, aumenta la –teóricamente “espontánea”- desinformación pública acerca de los
verdaderos daños y costos que acarrean
los combustibles fósiles (es decir, los gastos sociales y sanitarios que
provocan, más los Subsidios públicos que reciben).
Aparecen múltiples
organizaciones “negacionistas” (Asociaciones, ONGs, Fundaciones y Think-Tanks ) capitalistas, idealistas y
patriotas, con nombres que “suenan bien” y apariencia independiente
e inofensiva ––incluso “angelicales”, como,
p.e., Citizens for a Sound Economy, Bill of Rights Institute, Hearthland Institute, American Enterprise Institute, Competitive
Enterprise Institute, Beacon Hill Institute at Suffolk Univ., Cato Institute,
Institute for Energy Research, Manhattan Institute for Policy Research; HeritageFoundation,
Center for Freedom and Prosperity Foundation ; o Fueling US Forward, Americans
for Prosperity, America Legislative Exchange Council-, por centenares, si
no miles, que amplifican la influencia de las empresas que las sostienen.
Niegan la realidad del
calentamiento global y del cambio climático, y del envenenamiento del aire. Y
presentan testimonios y escritos “solventes” de expertos poniendo en duda la
peligrosidad de la quema generalizada de los combustibles fósiles; incluso
afirmando que las Energías Renovables son la principal causa del alto precio de
la electricidad, y defendiendo “la Tecnología Diésel” con argumentos y
afirmaciones falaces.
P.e., la organización
“patriótica” Fueling U.S. Forward
(fundada por Koch Industries), cuyo presidente y CEO (Charles Drevna, ejecutivo de Sunoco) confiesa
tranquilamente que su misión es “..destacar
los aspectos positivos del petróleo, gas y carbón...; ..impulsar el uso de los combustibles de
transporte basados en el petróleo, y atacar los subsidios públicos a los VEs…”.
Y proclama “Los combustibles fósiles son
fiables, abundantes eficientes y sostenibles…Es bueno para la humanidad quemar
combustibles fósiles…”(Red State
Gathering 2016, Denver, Co., 13 de Agosto de 2016). Es decir, lo mismo que
antes lo hicieran, tratando de renovar+limpiar su imagen, BP (“…más allá del Petróleo..”), Shell,
Chevron, etc., presentándose como “más verdes”…(¡!)…
En Europa, el último
disparate que leemos de quienes se quejan de que los vehículos diésel sean
apartados de los centros urbanos: “..el
diésel es un combustible europeo…” (¡¡¡!!!) –cierto es, para nuestra
desgracia, que Europa (con el mayor parque de vehículos diésel del mundo) es el
mayor consumidor de diésel del mundo-.
Es bien conocido, y generalmente
aceptado, que las petroleras (fundamentalmente ExxonMobil, junto al conglomerado industrial petro-químico de los
hermanos Koch -US$269k y 115k Ms de Ingresos, respectivamente, en 2015-), están
entre los mayores contribuyentes a los presupuestos de las organizaciones
“negacionistas”.
A pesar de la habitual poca
“transparencia” de las actividades reales “de
influencia” que llevan a cabo, según An
InfluenceMap Report 2016 (How much
big oil spends on obstructing climate lobbying, publicado por la ONG InfluenceMap), el gasto constatado de
las empresas petroleras para influir (lobbying)
evitando legislación que perjudique sus intereses, es de US$ 115 Ms en 2015 (AmericanPetroleumInstitute -API-, una de
las organizaciones más potentes y activas de E.U., con un presupuesto anual
superior a los $ 200 Ms, $ 65 Ms; ExxonMobil,
$ 27 Ms; Shell, 22 Ms; y $ 9 Ms las
asociaciones californiana Western States
Petroleum Assoc. –WSPA- de E.U., y australiana Australian Petroleum Production & Exploration Assoc. -APPEA-).
Extrapolando a todos
los sectores industriales relacionados con los combustibles fósiles, puede
considerarse que el total gastado en obstruir desarrollos legislativos que
tratan de evitar el daño causado por los combustibles fósiles sobre la salud
del planeta y la humanidad, supera los $ 1k Ms. anuales.
Se sabe, p.e., que las
empresas petroleras, sólo en California, invierten millones de dólares anuales
para evitar la legislación que pueda favorecer el “despegue” de los VEs. Marcas
globales –BP, Shell, Exxon, Chevron- empresas locales y organizaciones
comerciales (la mayor, la Western States
Petroleum Association, WSPA)
gastaron en 2015 US$ +22 Ms en este sentido (según la página “California Secretary of State, Cal-Access,
Lobbying Activity”, http://cal-access.ss.ca.gov/Lobbying/Employers/List.aspx?view=detail&id=40313&session=2015 ) , siempre desinformando, minimizando
constantemente la importancia del cambio climático, el daño de las emisiones de
los tubos de escape, y el protagonismo de la electrificación en todos los
sectores (hasta el extremos increíbles: en el último StrategicPlan de BP se “pronostica” que ¡ prácticamente no habrá VEs en California en
2035 ¡ ).
La poderosa WSPA (que
utiliza multitud de organizaciones de apariencia inofensiva, tras las que se
esconde, como la CaliforniaDriversAlliance,
o la American Legislative Exchange
Council) gasta –según sus registros oficiales- millones en lo que registra como “Other Payments to Influence” en continuas campañas anti-VEs. (Todos
recordamos el potente ejercicio de poder e influencia que realizaron en los 90s
consiguiendo que GM, a pesar del éxito que había obtenido en el mercado, retirase
y anulase su primer coche eléctrico, el EV1, -1.2.2.-)
En sus Juntas de
Accionistas de 2016, las grandes empresas petroleras han recibido fuertes
presiones de accionistas, inversores y activistas, que han planteado la
cuestión de que, si para detener el cambio climático va a ser necesario dejar de quemar
combustibles fósiles, ello supondrá un grave riesgo para los activos de la
compañía, si no hace pronto la transición a las Energías Renovables.
El jefe de Shell manifestó “No podemos hacerlo de la noche a la mañana, ..y significa el final del
negocio..”. El 97% de los accionistas votó en contra de la propuesta de
invertir los beneficios para convertirse en empresa de Energías Renovables;
Contestando a la moción, el presidente dijo “..we need to spend $1 trillion a yeary year in oil and gas, every year…”
(..necesitamos invertir 1 Billón de
Dólares al año, todos los años…)
El boss de ExxonMobil, en Dallas-Texas,
se enfrentó con una situación similar,
pero fue aún más intransigente: “ ..limitar
el calentamiento global a 2ºC no tiene base científica alguna...recortar la producción de petróleo no es aceptable
para la humanidad`”, añadiendo que
“..la tecnología todavía no es capaz de competir con los combustibles fósiles”,
y que “el mundo va a continuar
utilizando petróleo y gas, “le guste o
no”.
En SanRamón-California,
el jefe de Chevron, también ante la
presión de los accionistas, rechazó en la Junta todas las propuestas de éstos
para actuar contra el cambio climático.
Se ha demostrado documentalmente que, ya en los años 1970s, Exxon tenía informes de que la quema de
combustibles fósiles estaba provocando un grave deterioro de la calidad del
aire urbano, además de un calentamiento global del planeta, que podría ocasionar
un importante cambio climático, que podría desembocar en una catástrofe
humanitaria.
Las grandes petroleras decidieron,
entonces, no sólo ignorar sus propios informes que confirmaban el daño global
que se estaba produciendo, sino trabajar activamente para negar la evidencia
del peligro real que suponía continuar quemando combustibles fósiles; y, escondidas
detrás de centenares de grupos y organizaciones de apariencia inofensiva (como The American Enterprise Institute, Competitive
Enterprise Institute, Heartland Institute, etc.), actuar deliberadamente negando
los hechos, mintiendo, distorsionando la realidad, y sembrando confusión y
dudas entre ciudadanos, políticos, y sus propios accionistas, inversores y
clientes (estos hechos, probados, están siendo investigados por fiscales
generales de +20 Estados de E.U., para dilucidar las presuntas
responsabilidades legales o delictivas de ExxonMobil).
Hoy se conoce la extrema gravedad de los daños que produce la quema de
combustibles fósiles, propiciando un, ya confirmado, catastrófico cambio
climático, y envenenando a los habitantes de las concentraciones urbanas.
Y se sabe que los
“intereses petroleros” vienen utilizando el mismo modelo de influencia y desinformación
públicas que utilizara el sector tabacalero (que consiguió retrasar 50 años la
legislación que trataba de limitar los daños, conocidos y constatados, que
estaba produciendo el tabaco: llegaron a declarar, uno a uno, y bajo juramento
“La Nicotina no es Adictiva”, cuando
sabían sobradamente que sí lo era).
Tácticas que tratan de
deslegitimar el pensamiento científico generalizado, promoviendo generosamente
“estudios” y “proyectos”, en instituciones de prestigio, que amplifican
incertidumbres y crean confusión acerca de la magnitud del daño real que
ocasionan los combustibles fósiles a la vida en nuestro planeta, a lo largo y
ancho de todo su contaminante ciclo (prospección, extracción, transporte,
refino, distribución, venta y uso), tan anti-económico como anti-ecológico,
insostenible y destructivo. (ExxonMobil ha anunciado –Agosto 2016- que
invertirá 15 Ms de $ en el Instituto de Energía de Austin –Univ. De Texas-,
para “..mejorar la integración de la
Energía Renovable en el mix de suministro, mejorando la eficiencia y reduciendo
el impacto ambiental de la generación “tradicional” de energía…”)
No hay comentarios:
Publicar un comentario