La capacidad de “auto-conducir” de un vehículo se inició hace varias
décadas, cuando los coches comenzaron a incluir de serie dispositivos de
seguridad activa de ayuda a la conducción y evitación de accidentes, tales como
ABS –frenado anti bloqueo-; CruiseControl
-el sistema de
ControlDeVelocidadDeCrucero o de
velocidad constante, que data de 1958-; Ordenadores
“de-a-bordo”-optimizadores de mezcla de combustible, ignición, ralentí,
válvulas, etc.-; ESP –control de estabilidad-; Sensor de luces y lluvia; espejo
retrovisor electrónico; Navegador GPS; acceso y arranque sin llaves; etc.
Hoy se han popularizado nuevas funciones automáticas (como la de
aparcamiento), y ya es posible contar con una sorprendente capacidad de
autoconducción (sistemas anticolisión).
La “autoconducción” (el vehículo toma todas las decisiones de conducción
–incluso frenando antes de que vehículos próximos delanteros colisionen-) se ha
acentuado y generaliza con el renacimiento de los VEs: Google experimenta desde
2009 un coche sin volante, acelerador ni freno; y TESLA equipa sus coches con
sistemas de conducción autónoma (capacidad que, por similitud con la navegación
marina y aérea, puede calificarse de “PilotoAutomático”
–más apropiado que “vehículo robotizado”-).
El precedente “aéreo” se remonta a 1912, con sistemas de estabilizado
automático de aviones utilizando giroscopios; hoy sus “PilotosAutomáticos” pueden
despegar, volar y aterrizar, sin piloto.
También los camiones, barcos, trenes,
y hasta las naves espaciales, ya son capaces de transitar como robots, con capacidad para tomar
decisiones “inteligentes” para conseguir llegar a su destino y evitar
accidentes, con precisión y eficacia.
Los actuales automóviles están asimilando con
gran rapidez sensores, procesadores y software, y, en muy pocos años, estarán computerizados (serán “ordenadores con
ruedas”: sistemas móviles con Inteligencia Artificial, BigData, procesamiento
con lenguaje normal –reconocimiento de imágenes, voz y órdenes-, conectividad,
etc.).
Los fabricantes tradicionales no dominan estas tecnologías, por lo que
estarán a merced de las tecnológicas más avanzadas, que pueden “comerse” un
mercado de US$ 900k Ms, relegando al actual poderoso sector de Automoción a una
inferior posición en el nuevo y prometedor mercado de VEs (como “mero
suministrador de hardware”).
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