1.2.1.- Tendencias
Socio-Económico-Tecnológicas que impulsan el Transporte Eléctrico
Las
actuales mega-tendencias que nos acercan aceleradamente hacia la implantación
global del Transporte Eléctrico, pueden resumirse en:
-La
Innovación y el desarrollo tecnológicos, que está reduciendo el costo de
las Baterías (<$100/kWh), y aumentando su capacidad, de manera exponencial;
y avanzando y enriqueciendo su integración en el diseño de nuevos VEs con
mayores eficiencia, seguridad, conectividad, y capacidad de autoconducción, que ya se ofrecen al
mercado con prestaciones superiores a los de motor de combustible fósil (los
vehículos con la nueva energía
eléctrica son mejores –más limpios, potentes, y divertidos-, y más baratos –de
operar; y de fabricar, en cuanto la economía de escala de fabricación deje de
perjudicarlos-). El motor de combustión interna ha alcanzado sus límites
físicos: no puede cumplir la Legislación que limita sus emisiones tóxicas, y no
puede competir en aceleración, suavidad y limpieza –además de en eficiencia y
costo- , con el motor eléctrico.
-La
Institucionalización del envenenamiento del aire que respiramos (reduce
gravemente calidad y esperanza de vida, y aumenta costos sanitarios,
disminuyendo la productividad económica por los días de trabajo perdidos) y de
la atmósfera del planeta, provocando su calentamiento global, que está
convirtiendo la reducción de emisiones de partículas y gases tóxicos en prioridad
gubernamental en cada vez más países, en un intento de paliar sus graves
efectos sobre la salubridad de las ciudades; y por su impacto sobre el cambio
climático, que puede llegar a provocar desastres naturales de magnitud
desconocida. Cada tonelada de combustible fósil que se quema, produce tres
toneladas de CO2, gases y partículas tóxicas; y la toxicidad creciente del aire
urbano es hoy el mayor riesgo para la salud (ocasiona millones de enfermedades
respiratorias, cardio y cerebrovasculares, y cognitivas, y sus consecuentes numerosas
muertes prematuras) que sufren los habitantes de las concentraciones urbanas
(el aire envenenado nos alcanza a todos: muy a nuestro pesar, no podemos dejar
de respirar –somos, sin poder evitarlo, “fumadores pasivos” permanentes-).
-La imparable y
acelerada “urbanización” de la población, acudiendo en masa a las congestionadas
ciudades (en donde ya viven más de la mitad de los 8.000 Millones (8k Ms) de
la población mundial -95% en Japón; 85% en E.U.;
75% en Europa; 60% en China; 33% en India- ), en las que está aumentando la alarma social al sufrir directamente
las consecuencias graves de la quema de combustibles fósiles (millones de
enfermedades y muertes prematuras), y al sentir directamente las medidas de
restricción de uso –y adquisición- de vehículos contaminantes, y de exposición
personal a la intemperie –llegando a hacerse necesario transitar con
mascarillas de protección o filtros respiradores anti-hollín/gas; no hacer
ejercicio; no salir de casa; no abrir las ventanas; etc.-.
Todo ello configura la importante trascendencia de la coyuntura que
estamos viviendo, en la historia reciente de la Innovación Tecnológica en
Energía y Transporte, y su grave incidencia en la supervivencia de la
Humanidad.
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