jueves, 1 de diciembre de 2016

1.2.1.- Tendencias Socio-Económico-Tecnológicas a favor de los VEs



1.2.1.-  Tendencias Socio-Económico-Tecnológicas que impulsan el Transporte Eléctrico

Las actuales mega-tendencias que nos acercan aceleradamente hacia la implantación global del Transporte Eléctrico, pueden resumirse en:

-La Innovación y el desarrollo tecnológicos, que está reduciendo el costo de las Baterías (<$100/kWh), y aumentando su capacidad, de manera exponencial; y avanzando y enriqueciendo su integración en el diseño de nuevos VEs con mayores eficiencia, seguridad, conectividad, y capacidad de autoconducción, que ya se ofrecen al mercado con prestaciones superiores a los de motor de combustible fósil (los vehículos con la nueva energía eléctrica son mejores –más limpios, potentes, y divertidos-, y más baratos –de operar; y de fabricar, en cuanto la economía de escala de fabricación deje de perjudicarlos-). El motor de combustión interna ha alcanzado sus límites físicos: no puede cumplir la Legislación que limita sus emisiones tóxicas, y no puede competir en aceleración, suavidad y limpieza –además de en eficiencia y costo- , con el motor eléctrico.

-La Institucionalización del envenenamiento del aire que respiramos (reduce gravemente calidad y esperanza de vida, y aumenta costos sanitarios, disminuyendo la productividad económica por los días de trabajo perdidos) y de la atmósfera del planeta, provocando su calentamiento global, que está convirtiendo la reducción de emisiones de partículas y gases tóxicos en prioridad gubernamental en cada vez más países, en un intento de paliar sus graves efectos sobre la salubridad de las ciudades; y por su impacto sobre el cambio climático, que puede llegar a provocar desastres naturales de magnitud desconocida. Cada tonelada de combustible fósil que se quema, produce tres toneladas de CO2, gases y partículas tóxicas; y la toxicidad creciente del aire urbano es hoy el mayor riesgo para la salud (ocasiona millones de enfermedades respiratorias, cardio y cerebrovasculares, y cognitivas, y sus consecuentes numerosas muertes prematuras) que sufren los habitantes de las concentraciones urbanas (el aire envenenado nos alcanza a todos: muy a nuestro pesar, no podemos dejar de respirar –somos, sin poder evitarlo, “fumadores pasivos” permanentes-).

-La imparable y acelerada “urbanización” de la población, acudiendo en masa a las congestionadas ciudades (en donde ya viven más de la mitad de los 8.000 Millones (8k Ms) de la población mundial -95% en Japón; 85% en E.U.; 75% en Europa; 60% en China; 33% en India- ), en las que está aumentando la alarma social al sufrir directamente las consecuencias graves de la quema de combustibles fósiles (millones de enfermedades y muertes prematuras), y al sentir directamente las medidas de restricción de uso –y adquisición- de vehículos contaminantes, y de exposición personal a la intemperie –llegando a hacerse necesario transitar con mascarillas de protección o filtros respiradores anti-hollín/gas; no hacer ejercicio; no salir de casa; no abrir las ventanas; etc.-.

Todo ello configura la importante trascendencia de la coyuntura que estamos viviendo, en la historia reciente de la Innovación Tecnológica en Energía y Transporte, y su grave incidencia en la supervivencia de la Humanidad.

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